La noche mágica de Dorothy
Érase una vez la historia de una joven cuyo nombre es Dorothy, una chica que iba en búsqueda de su libertad desde hacía mucho y no la encontraba.
A inicios del verano, en un día como cualquier otro, mientras Dorothy seguía con la búsqueda de su libertad, y cuando ella sentía que lo estaba logrando con cada cosa que hacía, en cada actividad, en cada pensamiento, en cada expresión; sabía que solo faltaba una señal más para ser completamente libre, sin embargo aún no aparecía ‘eso’ que tanto esperaba.
Una noche mientras hacia las
cosas que siempre hacia para ser libre, descubrió que en los hechos más simples
podía estar la señal, como diría mi mejor amigo El Principito: ‘lo esencial es
invisible a los ojos’.
Decidió aquel día pasarla
bien y ver a un viejo amigo (viejo no precisamente por la edad que tenía, si no
por los muchos años de conocerse). Esa noche Dorothy le regaló su confianza y sintió
que era libre un día más... paréntesis, la libertad de Dorothy estaba sujeta a
sus actividades en solitario o con personas de su entorno que ella quería,
cierro el paréntesis…
Cuando observaba este hecho,
ella iba entendiendo lo que era la verdadera libertad y lo que era ser feliz:
Ser auténtica a pesar de los factores que creía que no eran saludables en ese
momento o poco seguros (enamorarse o interactuar con personas de mala intención
o poco interesantes que es igual a ‘Miedo’).
¡Qué fácil era!
Entonces involuntariamente
la noche se iba desarrollando con más luz, con más brillo y claro estaba con
buena compañía, este amigo cuyo nombre será Eugene, fue convirtiéndose en la
llave que abría una puerta tras otra; cada puerta permitía salir ese autentico
amor que ella tenía guardado dentro, muy muy dentro y que estoy segura todos tenemos.
¡Vamos! Hay que darle mérito
a Eugene, estaba logrando que los mantos pesados desaparezcan de encima de la
pequeña Dorothy y salga esa resplandeciente protagonista de esta historia. ¿Y qué
hacía Eugene para lograrlo? Solo mirarla y reconocer quien era Dorothy, era
como un rayo que la atravesaba y veía
más allá de lo evidente y la desnudaba tal cual era, ¡Increíble! Ella
era más feliz que nunca porque sentía una libertad verdadera, ella le regaló su
confianza y él la supo aprovechar, ambos esa noche decidieron dejar salir el
alma de niños que tenían guardado y actuar con inocencia, confianza y
diversión.
La noche se estaba siendo
extraordinaria, cenaron, charlaron, rieron, se contaron historias, experiencias
buenas y no tan buenas, pero siempre con el alma abierta y sin juzgar,
excelente plática, luego decidieron irse a bailar toda la noche y divertirse
como niños. Y así paso hasta que se dieron cuenta que ya no eran unos niños,
tal vez tenían el alma de niños y la estaban pasando bien así, sin embargo ambos
eran adultos y ella pensó que nada podía ser tan maravilloso y quiso razonar:
- Esto no puede ser verdad,
es demasiado perfecto, se dijo Dorothy sacudiendo la cabeza
- No importa, si no es
verdad, vale la pena, añadió a sí misma.
Fue entonces que se mezcló
la niña y la mujer y se dio cuenta de que Eugene le gustaba no solo como un amigo
de compañía y diversión, sino como el hombre al que quería besar esa noche y ¡BOOM!
Parece que no sólo ella lo pensó,
ya que cuando menos se dio cuenta, ambos se estaban regalando un beso al mismo
tiempo, en el mismo espacio y lugar, ni más ni menos. Fue en ese segundo que la
noche no sólo fue mágica, sino cada momento fue genial, nada ni nadie importaba
en ese momento, solo existía él y ella, reventaron los fuegos artificiales en
el cielo y la música era celestial, ambos bailaban en un gran salón, ella con
vestido de princesa y el con un fino esmoquin.
A partir de esa noche nada
volvió a ser igual, el corazón de Dorothy se convirtió en corazón de un Colibrí
que latía mil 200 veces por segundo…
Piensen que la
felicidad está frente a ustedes, solo deben aprovecharla siendo auténticos, amando
y dejándose amar. Quiero ser una Dorothy
o un Hombre de Hojalata por una noche, ¿y tú?
*Fuente foto: http://fersuarez3d.blogspot.com/2010/08/el-hombre-de-hojalata-s-in-dudas-el.html
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